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miércoles, 11 de diciembre de 2019

Al Francolí




¡Oh río, oh río, oh río!
Mis brazos al viento,
mis ojos desorbitados,
mi boca en par en par.

Tus huellas me acongojan,
con tu furia demoledora,
con tu abominable bravura,
me resquebraja aún más.

Recogiste tempestades,
sembraste tormentos,
caudal en caudal,
de mal en mal.

Desplazaste rocas, árboles y recias vigas de acero,
arrastraste tinajas,
removiste sartenes,
sesgaste vidas,
en tu camino hacia el mar.

Como látigo envenenado,
a lo largo de tus meandros,
en los recodos de tus orillas,
en lo profundo de tus remolinos,
atizado por la rabia de la Madre Tierra sin más.

Cuán insignificantes nos haces oh río,
con el cuerpo zozobrando de miedo,
indefensos entregados a tu sino,
¡Oh río, oh río, qué terror nos das!

No malhieras tu origen en l’Espluga de Francolí,
no mancilles tu paso por Montblanc,
no derrumbes a lo largo de Vilaverd,
no estremezcas en tu curso otros pueblos más.

¡Oh río, oh río, oh río!
Vuelve a tu cauce oh río mío,
apacigua tus aguas bonito mío,
como las almas te vieron antaño,
hasta derramarte, tranquilo, a la mar.


Riada octubre 2019 en l’Espluga de Francolí
José Ángel Castro Nogales