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sábado, 14 de septiembre de 2019

Diario de un Finisher: Carrera Descalzo de Montaña “Canaleta Trail Argelita. 17 kilómetros y 1028 metros de desnivel positivo"











“Argelita, ita, ita, lo que se da no se quita”

Vaya fin de semana he pasado 🥳😃 Inolvidable en todos los sentidos 💖 Intento rememorar y cuesta que me lleguen recuerdos y vivencias. Son tantas que se me obturan en la memoria. Vamos a ver si ponemos un poco de orden para que sean procesadas y circulen y fluyan a su libre albedrío. Total, escribir es básicamente ordenar los pensamientos, sentimientos y emociones del ser humano con la ayuda de las palabras como herramienta ✍

Me disponía a bajar hasta la población de Argelita, ubicada en la comarca del Alto Mijares, de la provincia de Castellón, con 3 grandes dudas, por no decir que me sentía tres veces bien nervioso 🥶🧻🚽

1 vez nervioso, por afrontar mi primera carrera de montaña descalzo. Un “trail “ sí, corto pero muy pedregoso y con mucho desnivel, y, obviamente, con el añadido de realizarlo totalmente descalzo  👣Y, cómo siempre, sí, hacía un mes largo que me entrenaba por montaña descalzo, si bien siempre no era lo suficiente. No me salían las cuentas sumando kilómetros, desnivel y tiempos de entrenos. Y eso mismo en sí, ya era todo un reto 💪

2 veces nervioso, por finalmente conocer en persona a buena parte de corredores descalcistas, qué ya hace años que tengo y trato como ‘amigos virtuales’, pero que no había tenido todavía la oportunidad de conocerlos “face to face”. Me sentía como que iba a conocer a gente famosa, sí, sí, habéis oído bien, famosa, ya que hoy en día, con esto de las “Redes Sociales”, y ahora hablo en general de todos los internautas y de todas las redes sociales habidas y por haber, pues parece que todo el mundo es ‘guay’ y se lo pasa en grande viendo las fotos que exponen. Qué todo el mundo es sabio, viendo las frases tan profundas y eruditas que expresan en sus perfiles. Y, viendo lo visto, pues hay gente que no les gusta las ‘Redes Sociales’ 🤗 Algunos ven las ‘Redes Sociales’ como un mero medio de comunicación más 🙋‍♂️ Otros, las ven como un estilo de vida 😎 Y, otros tantos más, las ven como la “vitales" 🤦‍♂️ O sea, en definitiva, que parecía que iba a conocer a gente que veíamos, antaño, por la tele, y hoy, las vemos a través de las pantallas del ordenador, tablet y móvil. Pues eso, qué iba a conocer a mis ‘famosos’ preferidos en persona 🤩 a las grandes estrellas del descalcismo como: Ares Descalzo, Pere Dávila y otra estrellas “Supernovas” que me sonaban de su existencia, pero, qué no tenía registradas en mi universo particular  como al gran, gran, gran Xavier Gil Ayarzagüena. Qué lástima tan grande qué ya se nos ha ido el gran astrofísico Stephen Hawking, posiblemente tendría que haber tenido que redireccionar sus potentes telescopios del espacio exterior hacia el interior de las montañas del Alto Mijares y, observar atentamente, cómo se desplazaban esas peculiares estrellas saltarinas descalzas en el Canaleta Trail de Argelita. Y qué voy a decir del resto de “Dioses y Diosas Descalzas” con quién me iba a encontrar de nuevo y conocer  como: Esteve Olivé Boix, Paco Ruiz, Luismi Rus Viedma, Rocio Rus, Vero Humanes, Conchin Garcia, Jesus Paterna García, Robert Martin Conde, Antonio Fontiveros, Raul Ruiz, a Núria hija de Paco y Vero que cómo siga así nos ofuscará a todos los descalcistas en unos años, y, por último, a ese “Dios” rebelde como es Alberto Barefoot Bdn que ésta vez nos acompañó recordándonos: “no me pises que llevo chanclas” 😜

Y, 3 veces nervioso, porque no sabía con que vehículo desplazarme: ¿en coche o en moto? Para los que ya me conocen, saben de sobras, qué soy el puro expresionismo y esencia del espíritu “Minimalista” 😅 ¡Ups! Más de 24 horas en un lugar y tengo que llevarme comida, saco de dormir, enseres, personales, esterilla y mis cachivaches y ropas deportivas y tal y pascual… ¡Uhm! En la moto es más divertido y me sale más barato, pero, ¿me cabrá todo eso? 🤔

Y para que todos esos nervios y dudas se disiparan, cómo no, lo mejor es ponerse manos a la obra y sobre la marcha se va decidiendo 🤗

Supero el “primer nervio”. Al final bajé en moto 🏍 y, aparte de las tres maletas que llevo fijas; dos laterales y un “topcase”, tuve que utilizar una red malla para amarrar y que no me saliera volando la esterilla y la mochila con la comida.

El viaje no fue demasiado largo, unas 2 horas y 45 minutos. Fue más bien pesado por el largo tramo de autopista, que me vi obligado a parar para tomarme un café y despejarme, ya que después de comer, incluso subido a una moto de gran cilindrada, empecé a dar cabezazos 🥱 Sí, habéis oído bien: ca-be-za-zos, puesto que sintiendo una temperatura perfecta y por la monotonía de la conducción, se te llegan a dormir “tós los sentíos” 😴 Y qué penita más grande la mía, que el tramo bueno, buenísimo y divertido con la ‘amotito’, de Onda hasta Argelita, fueran solamente unos 20 kilometrillos de curvas y curvas y más curvas con buen asfalto 😛
  
Llego al pueblo y pregunto a un chiquillo por la ubicación de la plaza de la iglesia. El GPS me dirigía hacia el final de la carretera y me hacía un giro extraño. Luego vuelvo a preguntar a un hombre de mediana edad. “Sí, sí, está aquí mismo. Gira aquí a la derecha. Tus amigos te están esperando” Me contesta contundente 😳 ¡Coñis! Voy forrado de pies a cabeza con botas, traje y protecciones diversas para la motocicleta. ¿Cómo sabe este buen hombre que soy uno de los descalcistas? 🤔

Afronto el “segundo nervio”. Con muchas ganas e impaciencia, por ver y conocer a mis ‘famosos preferidos’ 🤩 Por un callejón estrechito accedo a la plaza y justo veo de frente al “Maestro Luismi” que está con un grupito. Les miro a los pies para cerciorarme de que son ellos, y, claro, toditos descalzos 👣 Paro la moto y me despojo de mi forraje motero.

Me acerco a ellos, y es de cajón, qué nos estrechamos la mano y nos damos un abrazote con ellos y, añadiendo a toda esa aura tan especial, un besote a ellas 😘 con una enorme sonrisa de oreja a oreja, como buenamente manda esa ‘tradición natural ancestral descalcista’ qué no está escrita en ningún papel, ni determinada en ninguna regla, pero, que todos llevamos inscrita en los genes humanos. Creo que los descalcistas tan sólo hemos hecho que activarla y nos reconocemos así por ello 😊

¡Vaya, vaya, qué impresiones me llevo! 🙃 A Luismi lo descubro bajito de estatura. Lo veo casi igual que en lo vídeos y tal vez algo más delgado, ya que dicen qué la cámara suele engordar algo, y lo que me impresionó fue su mirada. Una mirada profunda, fija, sin titubeos, clara como el agua 😄 Qué decir del “Gran Ares”. ¡Coño! 😳 Acostumbrado a ver y a vivir sus extraordianrias proezas descalcistas, como finalizando ‘Ultras de Montaña’ de más de 100 kilómetros y carreras de ‘Ultradistancia’ también de 100 kilómetros y de 24 horas, pues me imaginaba un tipo de 3 o 4 metros de altura por lo menos, con unos brazos y piernas bien dobles y robustas de titanio interestelar 🪐 Y va y resulta, que sólo mide 1 metro y noventa centímetros y que se ve recio de piernas y brazos, pero proporcionado, y con una vocecilla suave, cálida y calmada. ¡Vaya chasco más bueno! Me llevo 😉 Me hizo ver que al fin y al cabo, hagamos lo que hagamos en esta vida, ya sea más o menos, todos somos humanos, de carne y hueso, aunque valla carne y hueso la del amigo 💪

Algo semejante me ocurrió con “Conchin La Terrible” 🙄 Acostumbrado a verla hacer temblar las cuatro paredes de la página de “Amigos del Descalcismo” del Facebook, con sus comentarios simpáticos y divertidos que hacen explotar a carcajadas al resto del grupo 😆 Me esperaba ver a una 'pedazo' de mujer grande y fuerte 🤓 Sin embargo, la vi más bien pequeña, sí, bueno, vi a una niña grande, repleta de vigorosa energía, rezumando alegría por los cuatro costados. No dejes que jamás se te apague esa llama, amiga 🥰

Y Jesús, qué lo iba a llamar The Video Man, puesto que es un ‘crack’ haciendo, montando, explicando y comentando buenos vídeos descalcistas y naturistas 🎥 Tras conocerlo, lo voy a llamar “Jesús El Druida” 🧙‍♂️ pues el tío, con enorme cariño, recolecta flores de hipérico con sus propias manos justo en el solsticio de verano, en el valle de Tus, y fabrica unas pócimas naturales exquisitas para el tratamiento y la regeneración de la piel en general 😋 Jesús Paterna es alto y delgado, más alto de lo que me imaginaba. Con una espesa barba pelirroja que casi le llega a los pies. Es un tipo sencillo, simple y cándido, sin duda alguna, es la “Esencia Minimalista” en estado puro 🙂

Y luego está Rocío, que apenas se hace ver en el grupo, o que yo la he visto poco en el grupo. Claro, sin tener demasiadas referencias de ella, pues no tenía ninguna imagen de ella formada en la mente. Así, la vi tal cual es, bajita, de sonrisa contagiosa y de ojos vivarachos y transparentes 😘
  
¡Uy, uy! Y qué casi me olvido de “Pere el Magnífico”. También me pareció mucho más pequeño y bajito y delgado en persona. Tampoco se exhibe con demasía en el grupo. Claro, es que vaya ‘Elemento’ de quién estamos hablando. Lo vi cómo un ser volátil, dócil y ligero. Muy posiblemente cómo las notas musicales que crea y transmite hacia el espacio 🎶 puesto que es músico de profesión. Y muy posiblemente de la misma forma que actúa este campeonísmo, llega, corre, gana y casi se va sin avisar 🥇

Y ya por último, tenemos a esa estrella “Supernova” a quién apenas tenía fichada. Xavier me sonaba de haberlo visto en alguna foto como “Vegan Athlete” y poco más. Por tanto, sin información, no conjetura, no cábala, no figuración sobre su persona. Éste biólogo resultó ser un ser tímido, casi inocente, casi invisible. Si bien, ese muchachito alto, finito y ‘pelusito’ es un depredador nato 🔪 deportivamente hablando. Sí, son de esos de los que ‘las mata callando’, o lo que es lo mismo, es un “perro poco ladrador pero muy mordedor”. A ver quién diantres con su velocidad, su arrojo y su potencia tiene agallas de seguirle tras su estela, llegando a ser capaz de correr descalzo 1 kilómetro, sí, sólo 1 pero a un ritmo de 2 minutos y 45 segundos 🏃‍♂️💨💨💨

El resto de ‘compis’, ya tenía el placer y el gusto de conocerlos y de compartir carreras y buenos momentos con ellos 💜

De la cena en el “Centro Cívico”, local que muy amablemente nos prestó la organización del trail de Argelita para cenar y dormir, sólo mentar qué nos repartimos buenamente generosas cantidades de comida y risas , y estrechamos más los lazos de amistad entre nosotros, si cabe. Obviamente, con unos más que con otros, pues inconscientemente se hacen subgrupos buscando afinidades para acabar de hacer unas ‘buenas migas’ 🤝

Y de la noche de dormir 😴 bien, digo dormir por decir algo, ya que hubo todo tipo de ruidos, tanto naturales como casi sobrenaturales 👻 y, tanto internos como venidos del exterior. Solamente decir que con las primeras luces del alba llegadas al pueblo, no fueron recibidas por el típico canto del gallo matutino 🐔 sino, que fueron clamorosamente recibidas por el potente rebuznar de un borrico que se hizo eco en todo el valle 🐴

¡Cómo mola el campo! Y eso sí, puntualizar qué, menos mal que el ‘mega colchón’ de Conchin y Robert era de aire, que si llega a ser de agua, nos hubiéramos tenido que desplazar en zodiac hasta el lavabo 🚣‍♂️ puesto que perdía aire, y los “pobreticos” acabaron en pocas horas a ras de suelo 😅
Se dice que hay gente que cuando sale fuera no pueden dormir porque extrañan la cama. Bien, yo lo que realmente extrañé fue el suelo 😂 y eso que llevaba un esterilla doblecilla. No obstante, cada diez o quince minutillos tenía que cambiar de pose, ya que se me cargaban el hombro o el cuello según el costado, o la zona lumbar si estaba tumbado boca arriba. Además, empecé con mi cabeza justo al lado de las escaleras de madera que bajaban del escenario del gran local y, cada vez que alguien bajaba al lavabo, ¡pumba! 🧨 Estadillo para mis oídos 😢

En fin, no sé cuánto rato dormí, fui consciente de un par de veces que desperté de improviso, así qué, algunos minutillos cayeron 😴 Aparte, qué más da, pues ya se sabe a qué se expone uno cuando va a dormir afuera y en grupo. Y, según dicen los expertos del sueño, la falta de descanso en una noche, apenas se acusa y se llega al 5% de rendimiento físico real. Son más las sensaciones y pensamientos incómodos que nos provocamos por saber que no hemos dormido bien. Claro, lo que sí nos alertan los expertos del sueño, es que la falta de un descanso adecuado y reparador después del tercer día continuado, ya sí que se empieza a acusar y a resentir en los cuerpos y las mentes humanas.

Ya hacía rato que deseaba levantarme y desayunar y hacer mis necesidades 🥺 Pero el silencio absoluto del enorme local imponía. Tampoco quería levantarme sin más y molestar a los compañeros que dormían 😴 Creo que hacía mucho rato que todos estábamos ya bien despiertos, en silencio, escuchando la sinfonía del borrico del pueblo 🐴 ¡Joer! Cómo rebuznaba el ‘condenao’  📢🔔😅
Tras escuchar un primer seseo a mis espaldas, hala pues, “parriba” se ha dicho. Y me levanto con ganas dispuesto a afrontar mi “tercer nervio”: mi primer trail descalzo 🤞


En un “plis plas” ya estamos todos levantados y haciendo nuestras cosas; unos desayunan, otros recogen sus enseres, otros siguen “cascando” y, otros, se están tomando un chupito de wisky 🥃 como isotónico antes de salir a correr esos 17K y 1028 m.d+ 🤦‍♂️ ¡Uhm! No sé si Alberto sabe aún qué hay otros líquidos más potentes y con más octanaje que el wisky, sino, sería capaz de tomarse un chupito de queroseno antes de la salida 😵 ¡Qué bravo! 💪

Una vez desayunados, recogidas nuestras cosas y ya equipados y vestidos, abandonamos el local y nos dirigimos al bar, justo al lado de la plaza de la iglesia qué es dónde está situado el arco de Salida y Meta 🎌

Allí conozco a Jorge Aparici Jericó, que ya lo tenía fichado del grupo del “Face” descalcista. Me dice que él también tiene moto y me dice qué no me preocupe, qué seguro que la acabo descalzo 🤞 Y cómo no, cómo buen descalcista, asimismo parece buena gente 😉

Nos vamos a pedir un cafelito ☕ El bar está abarrotado de gentes 👩‍👩‍👦‍👦👨‍👩‍👧‍👧   y, mientras esperábamos justo en la barra nuestro turno, “catapum chin púm” 😱 le doy con el codo, sin querer, a una de las camareras y hago volar del platillo a un vasito de cortado 😬 Desde que soy descalcista, cuando se me escapa algo de las manos, sea lo que sea, lo primero que hago es separar rápidamente los pies. 

Con los pies ya separados, el vasito se hace añicos justo al lado de nuestros pies desnudos 😰 Por suerte, ni los pies de Jorge ni los míos resultaron lastimados 👣🙂👍 Y mira por dónde, quién sino, la más "simpática" no sólo del pueblo de Argelita, pues muy posiblemente sea la más "simpática" de todos los pueblos del mundo mundial, me vino a recriminar mi “torpeza” 😤 ¡Mamma Mía! No digo ná, qué después tó se sabe 🤐 Bueno, sabéis, ya puestos a contar, debo decir que se puede tener mal humor, se puede ser arisca, eso es innato en el ser humano y se aprende a convivir y a conllevarlo como buenamente se pueda. No obstante, otro tema bien distinto es la educación, eso sí tiene arreglo si se desea, claro está. Lo que no veo nada bien es que la tarde anterior, se nos chasque la lengua, con descaro, con desprecio, como si fuéramos meros animales, para decirnos que nos apartáramos porque ella iba cargada con una mesa 😡 ¡Uhm! No sé cómo lo ven ustedes, pero eso yo no lo veo muy cívico ni nada cortés 😞 En fin, cada uno es como es... 😑 Lo que sí veo, es que le debo un cafelito al amigo Jorge 😉

No dirigimos hacia la plaza. ¡Y vaya, vaya! El ambiente no es demasiado grande en Argelita, pero sí que es muy intenso 😀 La verdad es que es la primera carrera que he estado como descalcista y que las gentes me miran con una sonrisa en la boca o de una manera impasible, natural 😍 Miradas raras o de desprecio no vi ni una. ¡Yujuuu! Me empieza a gustar Argelita 😁

No soy demasiado de fotos, las justas, pero se acerca la hora de la “Salida” 🥁 y ya todo el mundo ya está inmortalizando el gran momento 📸🤳 Ésta vez soy yo el primero que pide a, creo que la compañera de Jorge, que utilice mi móvil para la ‘afotico’, pues necesito un poco de material para mis “croniquillas” 😅 Foto por aquí, foto por allá, y ale, más y más afoticos por los cuatro puntos cardinales de la plaza de la iglesia de Argelita, qué ya, incluso me amago algo por detrás del grupo. Xavier me sigue los pasos, dice, qué él tampoco es de postureos 🤗 Y, mira por dónde, veo de nuevo a la ‘compañera’ de Jorge que está enfrente de mí, todavía echando más fotos. ¡Ondia! Y mira si soy de fotos, qué en ese preciso instante me viene a la testa, de que no me acordé de pedirle mi móvil de vuelta 🤦‍♂️

El “Speaker” 🎤 un puro nervio de lengua, ya anuncia pocos minutos para el inicio. ¡Uhm! No sé si calentar 🙄  pérooo, qué voy a calentar, si yo no voy a salir a 3:30 min/km. Y no porque no quiera sino porque no tengo capacidades físicas de correr a 3 minutos y 30 segundos por kilómetro 🤗 Sí, trotaré en dónde pueda, pero se me avecina una largo trail, caminando muchísimo más que corriendo. Así que doy un par de saltitos y hago cuatro sacudidas con las piernas y, hala, vamos qué nos vamos… y de da la salida 🎆💣🎇

Salgo atrás del todo del pelotón de corredores. Ese es mi sitio natural de carrera, ya que me permite salir sin agobios, sin nervios y sin presiones 🙂 Si me encuentro mejor, iré avanzando, y si tengo un día tontorrón, pues ya estoy fenómeno ahí 😉 Total, tanto yo como mi ego, estamos contentos de haber convenido, desde que empecé en esto de competir en carreras, que el único “pundonor” a defender es: “Acabar lo que se empieza” 💪 Si viene alguna cosita de demás, vamos, ya sería “La Gloria”. 

Además, el deporte para mí es mi medicina, literalmente hablando. A mí no me sirve de nada exprimirme y pasarme de vueltas y lesionarme, y tener que estar parado 3 o 4 meses 🤕 Total, para qué, para bajar solamente unos minutillos. Náaaaa. Hacer lo que estoy haciendo para mí ya es una gran 'Victoria' 🏆 Obviamente, si me comparo con los primeros de las carreras, está claro que soy un “pelaillo” 🤗 Si en cambio, me comparo con la gente que hace poco deporte o ninguno, entonces resulta que soy un crack para ellos 😎 Pero, sin duda alguna, lo mejor y único que me vale es si me comparo conmigo mismo, eso sí qué es ya la “reostia” 😃 Solamente tengo que mirar 10 años atrás, en la situación crítica que estaba, “más pallá que pacá” 😖😣 y verme ahora, dando tumbos montaña arriba, montaña abajo, ya sea corriendo calzado, descalzo, en bici o cómo sea, no me digáis que eso no ya es una gran “Victoria” 💪✌ 

Seguro, y cada vez conozco más casos en esto de las competiciones deportivas, que hay mucha gente que ha empezado a hacer deporte tras ver sus vidas en situaciones muy comprometidas. Ellos, más que nadie, seguro que me comprenden. Ellos seguro que saben, más que ninguno, lo que es agarrarse a la vida, y aguantar y resistir y luchar y traspasar, ya sean enfermedades largas o crónicas o ambas a la vez. En definitiva, qué el deporte es salud, el deporte es vida 🙂🧡💪

Xavier, que salió desde un principio con huaraches, ya que venía arrastrando molestias los últimos días en un  pie, salió a mi lado, sin embargo, esa no es su posición natural, y, en un santiamén, empieza a zigzaguear corredores y lo pierdo de vista en “ná y menos” 🏃‍♂️💨

Yo voy trotando con alegría por las más bien estrechas calles del pueblo, viendo y oyendo, tanto a vecinos como a corredores, como se van saludando mutuamente 👋 ¡Uhm! Por los comentarios, parece que muchos de ellos se conocen de correr en Argelita 👌

Se acaba el asfalto y comienza la tierra, concretamente por un camino ancho pero ya algo pedregoso. Me lo tomo con calma, qué esto nada más ha hecho que empezar 👐 

Haciendo memoria de los comentarios de mis compañeros sobre el recorrido de la 'Canaleta Trail Argelita', qué ya la habían corrido con anterioridad, y qué cómo todo en la vida, cada uno comenta desde su punto de vista sus dificultades 🤔 y son varios y variados los comentarios: unos dicen que lo peor es la primera subida. Otros qué no, qué lo más “chungo” es la segunda subida, la de las antenas, qué es bastante más larga y con más desnivel que la primera. Alguien mencionó la bajada última, qué era técnica... 🙄

Claramente yo hago mi cábala. Estoy seguro de que todos dicen la verdad y que todos dicen mentiras, en el sentido de que cada uno es un mundo 🤗 Y no me preocupa, puesto que mi estrategia es bien fácil de llevar a cabo: “chino-chano” hasta acabarla entera y a poder ser descalcito 👣

Se acaba el camino ancho muy pedregoso y ya nos adentramos a un sendero estrecho y se empieza a empinar la cosa 🗻  En ese punto, ya me han pasado todos los corredores y me doy de bruces, o mejor dicho, de espaldas, con Rocío 😊 Y por detrás, se nos une otro muchacho. “Yo soy Alberto. Os acompañaré durante el recorrido” Oigo tras de mí con una sonrisa. Le miramos los dos y le devolvemos la sonrisa. “Eres el corredor escoba, ¿verdad?” Le inquiero. Me afirma con la cabeza. “Pues hoy vas a tener un largo día” Le suelto con cierta ironía. “Sin problemas. Lo que haga falta” Responde él todo dicharachero 😉

Subiendo la montaña y en fila de a uno, lo primero que hago es fijarme en el culo de Rocío 🧐 Sí, sí, 'pos' no me voy a fijar en su pelo, por si tiene las puntas abiertas o lo tiene sedoso, quebrado o seco 😜 ¡Ay caraaaallo! Hay que ser francos ante todo, llevas una chica delante ¿y no te vas a fijar en su culo? 🙆‍♂️ Y seguro qué ellas hacen lo mismo, lo que pasa es que ellas tal vez no lo dicen 😝  

Y, obviamente, a continuación me fijo en sus pies, en sus pasos, en su ritmo y, desde ese mismo instante, viendo su marcha, sé qué Rocío va a acabar la carrera descalza sí o sí 💪

Yo tengo mis dudas, pues la montaña te puede derrotar en cuestión de segundos. En un momento vas bien y pletórico, pero, al siguiente momento ya te estás arrastrando y te cae una minutada del “copón” 🤦‍♂️ Y con ello te viene de golpe la fatiga, los agobios y los pensamientos de abandono 😨

“¡Uff! Yo no estoy muy fina. Sin dormir nada anoche y después que tengo eso de las mujeres, vamos, que ayer me vino la regla, me siento débil”. Dice Rocío mientras ya estamos levantando altas nuestras rodillas con el afán de subir y sortear escalones térreos y piedras de todos los tamaños 🤔 Le digo que se lo tome con calma y tranquilidad, a ritmillo. Le ofrezco mis bastones trail 🦯🦯 ya que de subida no los utilizo para nada. Si los hago servir andando descalzo, será, cuando vaya saturado de plantas y en las bajadas, qué es cuando más se cargan los pies por sumar el peso corporal a las plantas de los pies a la hora del aterrizaje. De momento Rocío no me los coge.

“Ahora subimos a La Mola. Es un castillo que hay arriba en la montaña” Nos informa Alberto, y que también nos ha contado que es concejal de deportes de Argelita. “Según Google, en 2011 habían censados 96 habitantes en el pueblo. ¿Sabes cuántos hay ahora?” Le pregunto con curiosidad 🤔 Nos dice que ahora hay más vecinos empadronados que antes, pero que no lo sabe a ciencia cierta. Él, dice, que vive y trabaja el resto del año en Onda. Pero que cada dos por tres va subiendo al pueblo y que a partir de abril ya se viene para acá a vivir, después ya suben y bajan durante el resto del año. Es lo que hace la mayoría de vecinos 🙂

Continuamos subiendo. Obviamente, asimismo, yo también me lo tomo con calma, puesto que era la gran primera subida que hacer. Empezamos a encontrar tramos con poca piedra y pinaza, son fenomenales pasillos de pinos, buenos para echar a correr 🏞 “¡Uhm! Aquí se puede correr un poco” Pienso en voz alta. “Luismi me dijo que es mejor caminar para así no saturar las plantas demasiado pronto. Luismi es mi maestro” Contesta Rocío, qué es hermana de Luismi. Y vaya qué sí, él es un magnífico maestro, es sin duda de los más experimentados del grupo de descalcistas con esto de los ‘pedrolos’ 👨‍🏫 

Yo, qué no soy demasiado experimentado en esto de la montaña descalzo, cuando veo terreno para correr se me ponen los dientes bieeeeennn largos 😬 Y es que, es lo que suelo hacer por la montaña cuando voy calzado y me topo con terreno propicio para ello 😏 Entonces, la lucha interna por no correr, se me crece y se me hace grande y se me hace un monstruo en mi interior 👹

Volvemos a subir más pendiente y con terreno “piconcillo”. Alberto “el corredor escoba” nos dice que llevamos un ritmo fantástico, comparado con el que llevaba Jesús el año pasado 🤨 Parece ser que antes del día de la carrera del año pasado, Jesús Paterna sólo hizo 5 kilometrillos por la montaña, no más 😳 Va y coge y se apunta a la 'Canaleta Trail de Argelita', de 17 kms y 1000 y pico de desnivel positivo 🤦‍♂️ ¡Qué grande! Por no decir otra cosa… Pero al final la acabó en 6 horas y media 💪 ¡Sí señor! ¡Con un par! 🥚🥚

Otro trocito de senderillo con buen terreno para corretear 🏞 Rocío tiene razón. Luismi tiene razón. Hay que guardar plantas, aún queda un mundo, pero: ¡qué collons! También, mientras se pueda, hay que disfrutar, por consiguiente, adelanto a Rocío y echo a trotar 🏃‍♂️

Se vuelve a inclinar hacia arriba el terreno. Adelanto a una chica, con zapatillas, con rasgos de américa del sur, pero por el acento no sabría decir de qué país. “¡Uy! Qué duro es esto!” Me replica tras recibir mis ánimos 👏 Al cabo de un rato, el terreno se vuelve a poner planito, sendero, sin embargo, esta vez hay piedrecitas y raíces en el suelo. Éste terreno es el que me frustra de verdad, ya que te invita a correr, siempre pensando con las “zapas” 😔 Si bien, con las piedras y raíces e irregularidades, no, no, no, aquí no me la juego, y me resigno a ser cauto y reservón y debo continuar caminando 🚶‍♂️

La joven sudamericana me alcanza y sobrepasa 🏃‍♀️💨 Aprovecho para mirar hacia atrás para ver por dónde van Rocío y Alberto 🕵️‍♂️ De vez en cuando voy escuchando el “walkie-talkie” pero a ellos no los veo. No deben de ir demasiado lejos.

Salgo a la pista forestal. Está llena de piedras ‘malillas’ 😥 Encuentro unos tramos de asfalto. Según Alberto “el escoba” nos acercamos al primer avituallamiento. Ya los escucho a viva voz, estarán a unos 150 metros por detrás de mí. Sigo con mi ritmo hasta llegar al primer avituallamiento. Los que avituallan me reciben con sonrisas y muchos ánimos 👏 Sólo tienen líquidos 🥤

Ya llevamos más de una hora de carrera y, según mis pautas alimenticias, el reloj me avisa de que tengo que comer 😋 Y no todo va a ser negativo en no ser un buen minimalista, puesto que voy cargado de agua, de isotónico, con mis píldoras de sales y mis “chuches” deportivas: barritas y geles. Así qué, me toca zamparme un gel energético.

Abandono y me despido del avituallamiento número 1. Me giro hacia atrás, y ya veo que vienen Rocío y Alberto “el corredor escoba”. Por un momento, dudo de si esperarles o no. No, mejor seguir a ritmo. Ya me cogerán si me tienen que coger.

Subo un poquitín más y ya estoy a punto de torcer a la derecha, por un sendero, dispuesto a descender la montaña ascendida. Justo allí me dan caza mis perseguidores. Y bajamos todos juntos. Me percato de que Rocío baja muchísimo mejor de lo que sube 👌 Se le ve ágil, suelta y ligera, sin demasiada tensión en ver adónde aterrizan sus pies. ¡Umh! Rocío baja fluida 🤙

En cambio yo voy demasiado atento y demasiado cauto, en aras de cuidar y vigilar adónde caen mis pies, y eso, provoca cierta tensión 😢 “Tendrías qué mirar al frente, así no cargas el cuello. Una vez que has visto lo que viene, los pies ya se apartan de las piedras solos. Me lo ha dicho Luismi” Me comunica Rocío 😮 Pues vaya con el “bicharraco” de Luismi. Todo eso tiene mucha lógica, puesto que la técnica ideal de carrera, también dice que tienes que ir con la barbilla alta, mirando y detectando posibles obstáculos a unos 10 metros delante de ti y que los pies se apartan solitos 😄

Pero claro, una cosa es saberlo y otra muy distinta hacerlo. Si ya es mirando y, a veces, te hincas esas piedras en punta o esas raíces cortadas qué no se ven hasta que te las clavas, a ver, a ver quién se atreve a intuir lo que exactamente viene por delante casi a ciegas 😶

“¿Qué os parece el paisaje?” Pregunta Alberto “el escoba”. ¡Joer! Pues la verdad es que me doy cuenta de que apenas me he fijado en nada, solamente veo piedras, piedrecillas, pedrolos y más piedras 😐 El valle del río Villahermosa es simplemente espectacular 😍 Oteamos una profunda garganta con sus picos altos y sus riscos imponentes hasta el lecho del río, y, hasta allí hemos de llegar, nos dice el concejal de deportes de Argelita.

Un poco más abajo hago una ‘paradiña’ para extraer una barrita energética y aprovecho la ocasión para preguntar a Alberto, si el edificio que vemos en lo alto de la montaña es el castillo de La Mola del Bou Negre 🤔 Me afirma y enseguida me apunta algo más abajo dónde se puede ver un trozo de muralla del antiguo castillo de origen árabe. Ofrezco un trocito de barrita a Rocío y otro a Alberto 🍫Él me lo niega, aunque le indico que debería comer, ya que de la misma manera, él está haciendo la misma ruta que nosotros. 

“Normalmente, esta zona está llena de buitres. Seguramente por el ruido de la carrera no se ve ninguno hoy” Nos informa Alberto “el corredor escoba”. Creo que el concejal de deportes de Argelita se refería al ruido de la carrera, básicamente, al “speaker” 🎤 qué no paraba de hablar enérgicamente, con un ímpetu demoledor, con unas ganas sin límites, escuchándose a todo lo largo y ancho de la garganta del río Villahermosa 📣 “Mientras no le falte pacharán, se puede tirar todo el día con el micrófono en la mano. Ya cuidamos que no le falte un vaso de pacharán a su lado. Eso sí, mañana no sé si irá a trabajar el muchacho” Nos apunta con media sonrisa en su boca el concejal 😯 ¡Jo-der! No me digáis que eso no es implicación de todo un pueblo 💪

Unos minutos más tarde escuchamos por el “walkie-talkie” de Alberto "el corredor escoba" que un participante se ha roto un dedo del pie 😳 Nos preguntamos de si ha podido ser un descalcista. Después de unos cuántos intercambios de sonoras e interferenciadas palabras por el aparato transmisor, no nos aclaran si ha sido descalcista, minimalista o amortiguado 🙄 

Luego, dada nuestra ubicación, escuchamos algo de Luismi, qué no va demasiado lejos de nosotros. Rocío pone las orejas bien tiesas 😲 Silencio absoluto de nuevo. Hay otro largo y barullado intercambio de palabras por el ‘aparatejo’ y nos quedamos a medias. Además, se llega a decir que no va demasiado lejos de Conchin y Vero. Tampoco se nos aclara en demasía 😕

“¡Fantástico! Vamos súper bien. Ya llevamos la mitad, más o menos, en 2 horas y pocos minutos” Nos indica Alberto “el escoba” con entusiasmo. A Rocío se le agrandan los ojos como platos 😳 A mí me salta una chispa interior. “¡Joer! Pues yo 5 horas las firmo ahora mismo” Suelto al aire. Pero no me fio, la montaña es mucha montaña, y, hacer una ruta que no conozco, y, mi primera como descalzo, ¡buhhhrrr! Más vale ser conservador y continuar según los acontecimientos…

Al poco escuchamos por los “walkies” qué ya ha llegado el primer descalcista, en 2 horas y 8 minutos 😲 Hacía exactamente media hora qué nos comunicaron la llegada del primer clasificado con zapatillas. Sí, sí, sólo media hora de diferencia, lo hizo en 1 hora y 38 minutos. “¡Brutal. Pedazo de tiempo!” 💪 Nos comunican que es el dorsal número 11 descalcista. 

¡Uhm! 🤔 El número me suena pero no lo ubicaba bien. Intentaba rememorar el número, pues antes de la salida estuve con Antonio Fontiveros y Raúl Ruiz bastante rato viendo la montaña de las Antenas desde el balcón de la plaza de la iglesia. Después estuve hablando buen ratito con Xavier Gil. Sabía que lo había visto pero no acertaba bien en dar con el número del portador del dorsal 😐

Mi mente, me decía que podría ser Raúl Ruiz, ya que sé que nos enseñó unos súper entrenos suyos por el grupo de whatsapp de “Descalcistas BCN” y creía que igual había dado la campanada 🙄 Al final, resultó ser Xavier, pero fue descalificado, ya que comenzó la carrera con huaraches, aunque se los quitara al cabo de un par de kilómetros 🤗 Por tanto, el amo y señor del "Canaleta Trail Argelita" descalcista pasó a manos del don Pere Dávila, realizado en 2 horas y 25 minutos 🥇

Y nosotros que seguíamos bajando la montaña sendero abajo. Hicimos otra “paradiña”. Ésta vez el concejal deportivo nos apuntó con el dedo hacia el cielo para que lo siguiéramos con nuestros ojos. “¡Mirad. Un buitre!” Nos informa 🦅 Simplemente impresionante. Debería estar a unos 200 metros de altura, si bien ya se le intuían a la perfección la grandiosa envergadura de sus alas 😍

De camino a la carretera, continuamos hablando de las vicisitudes de la vida, ya de una forma algo más íntima y, así, de una manera amena tocamos por fin el asfalto.   

“Si estás bien Rocío, trota un poco, así destensarás músculos y tendones de tanto subir y bajar. Va bien cambiar la posición del cuerpo de tanto en tanto” Le atesto a la ‘compi’ descalcista. Y trotamos por el asfalto los tres hasta llegar al segundo avituallamiento, ubicado justo antes de cruzar el río 🏃‍♀️🏃‍♂️🏃‍♂️

¡Vaya! 😒 Ahí esperaba sólidos como: plátanos, naranjas y frutos secos. Pero “nanai”, ‘ni naranjas de la china’ 🙁 Solamente había sandía y melón. Y a mí se me repite muchísimo, haciendo deporte, tanto el melón como la sandía. ¡Uish! Y menos mal que soy un mal minimalista, pues todavía dispongo de otra barrita energética y otra píldora de sales 😉

Las gentes de los avituallamientos de nuevo nos son geniales 🥳 Desprendían furor y daban ánimos a bocanadas 👏 “¡Vamos muy bien. Genial chicos!” Nos vuelve a apuntar Alberto “el corredor escoba” mientras consulta su reloj. ¡Uhm! Sí, me alienta pero no me fascina. Todavía quedan kilómetros por delante ✋

Bebo algo de aquarius y agua de los vasos y me guardo mis líquidos y mejunjes “porsi” 🙌 Reincorporada Rocío de su visita al ‘baño’ 🚽 “arreando qué es gerundio”, y nos disponemos a cruzar el río Villahermosa, que es ‘primito-hermano’ del Guadiana, ya que asimismo aparece y desaparece por algunos tramos durante su recorrido.

Comenzamos con la segunda subida. Observo a Rocío con demasiada parsimonia, demasiada lenta 🐢 Le vuelvo a ofrecer mis bastones 🦯🦯 Ahora sí que me los coge. Vamos hablando y subiendo.

En un par de ocasiones, como voy mirando atentamente el suelo, al levantar ligeramente la vista 👀 me veo las puntas de los bastones a un centímetro de mis narices. ¡Ups! Rocío me va a dejar tuerto de un ojo. Le pido que me deje pasar y me pongo en cabeza.

Y, cómo el que no quiere la cosa, cojo un buen ritmillo, y cuando me doy cuenta ya ni les escucho tras de mí, ni tampoco al dichoso “walkie-talkie”. A quién sí escucho de vez en cuando, dependiendo del recoveco de la montaña por dónde paso, es al “speaker” 🎤 que “erre que erre” sigue con su lengua parlanchina loca y enérgica y vigorosa 📢 ¡Ay, ay,ay. Ya verás mañana el ‘peaso’ resacón! 😅

Acabo la segunda subida y comienzo un leve descenso. Voy bien. Me siento bien. Entonces siento una especie de “flash” en la testa ✨ seguido de un pensamiento que me hace temblar las 4 paredes de mi raciocinio, y, al mismo tiempo, me hace tambalear mis conceptos turísticos 🏝 🏖 preguntándome: ¿qué diantres estoy haciendo yo allí, pisando piedras, sufriendo, cuándo podía estar en una playa del Caribe, con aguas cristalinas, tirado sobre una hamaca, bajo la sombra de una gran palmera y bebiéndome una rica ‘piña colada’?” 🙄

¡Qué extraño! Jamás había tenido tal pensamiento 🤔 A los segundos, tal y como ha venido, ese “flash” ✨ se evapora y desaparece. Y continúo tal cual, me pongo manos a la obra 🚶‍♂️ Luego miro hacia las cumbres y percibo que arriba ya apenas se ve más monte que subir. Puede haber algún “repechito” pero poco más. 

Efectivamente, escucho en lontananza a Alberto. “¡Muy bien José Ángel. Sigue, sigue así!” Me vocifera a unos escasos 200 metros de separación en línea recta 🔭 pero ellos todavía tienen que bajar, doblar un recoveco y subir por dónde yo iba. No creo que llegara al kilómetro de distancia de hueco. Animo a Rocío a seguir 👏 recordándole que tiene el premio asegurado 🥉 Y qué seguro que la acaba 👣 El concejal de deportes de Argelita me notifica que el tercer avituallamiento está justo arriba en la planicie, bien cerca ya.

Hala, que sigo “parriba”. Y creo que este terrenillo venidero me acabó de fundir mentalmente 🤯 ya que se veía un camino con abundante tierra rojiza y blandita pero con peligrosas piedras sueltas por aquí y por allá, lo cual, había que fijarse muy bien adónde aterrizan tus pies. O sea, terreno que te invita a correr pero que realmente no podía por los peligros inminentes 😰
  
Empiezo con esa batalla interna del quiero pero no puedo 😞 Hago el amago de trotar un par de veces, no obstante, las dos veces me llevo un par de pinchazos del “quince” y me resigno 😖

Ya tengo el tercer avituallamiento a la vista. Conforme me estoy acercando a él, escucho un “walkie-talkie” No llego a comprender lo que dicen, sin embargo veo al tipo que deja su aparato transmisor y comienza a apuntarme con su cámara de fotos 📸 “¡Espera, espera. Qué mola más corriendo!” Le suelto y echo a trotar para hacer un poco de postureo “running” 😎  

Logro arrancarles unas risas al muchacho de la cámara y a las personas que nos avituallan. Y, ¡coñis!  entonces me doy cuenta de que puedo correr algo sobre ese terreno. Así que, corro esos 50 metrillos que me separan del puesto 🏃‍♂️

¡Vaya! Aquí tampoco tienen nada de sólidos 😧 Creo que falta algo de comida sólida en el "Canaleta Trail Argelita". Me dicen que les queda un bocadillo de atún. “¿Tenéis bocadillos de queso por casualidad? Es que soy vegetariano” Les indico 🙋‍♂️ “¡Pos vaya! Descalcista. Vegetariano. Lo tienes todo, ¿eh?” Me dice uno de ellos simpáticamente. “O nos ponemos bien, o no nos ponemos ¿sabes?” Le replico con media sonrisa en mis labios. Y me despido 👋

Empiezo a cavilar, a hacer cuentas 📝 Ya veo las famosas Antenas 📡📡 enfrente de mí, pero falta un buen trecho todavía y, supuestamente la ‘durilla’ bajada final, que según me comentaron en el último avituallamiento era bastante inclinada. Ya no me queda comida 🤨 La última barrita energética y píldora de sales me las tomé justo acabar la segunda subida. Solo me queda un gel de magnesio y sigo con agua e isotónico.

No recuerdo el tiempo exacto, pero creo recordar que ya superaba las 4 horas de carrera. Calculaba, según mis fuerzas y saturación de pies, qué por lo menos echaría una hora y media más hasta llegar al pueblo ⏳ No temía porque me diera una “pájara”. Voy caminando. No hace intenso calor. Llegar a meta no me supondría ningún gran desgaste físico, por tanto, la pérdida energética sería mínima 👍

Finalmente decido tomarme el gel de magnesio 🤤 ya que un prolongado tiempo de duración también conlleva desgaste. Y sólo queda echar el resto.  

Me pongo a correr 🏃‍♂️ si bien, mis plantas están ya saturadillas y no soportan el saltar ni el aterrizaje del cuerpo. Apenas correteo 20 metros. Me pincha todo, todito. Y aquí se me vuelve a acumular más tensión, estrés y frustración psicológica 🧠 porque el terreno es muy favorable para ir rapidillo y yo no puedo 😩 Pedazo ejercicio de "Mindfullness" qué es esto del Descalcismo ¿eh?😄

Además, me encuentro bien físicamente, son sólo los pies los que no me responden como quisiera 👣 Así qué, tengo que doblar y plegar bien toda esa frustración y metérmela en la mochila 🎒 y continuar con ella hacia adelante 🚶‍♂️ 

Hay que encaminar un descenso antes de afrontar la última subidita a las Antenas. Al aviso de mi reloj, ya que lo tengo programado también para que me avise de que beba cada 15 minutos, me paro para echar un traguito de agua 🥤 Miro al horizonte en busca de algún participante, pero, no diviso un alma. Más tarde descubro que las corredoras que me precedían, Vero y Conchin, llegaron a meta casi una hora antes que un servidor 👏

De subida ya hacia las Antenas, llegan a mis oídos de una manera tenue pero concisa unas voces por detrás de mí. Sí, deben ser Rocío y Alberto. Parece que ya me han recortado terreno. E inconscientemente echo a trotar 🏃‍♂️ durante unos metros cuesta arriba. Creo que es esa vocecilla interior competitiva qué me iba diciendo, corre, corre, qué te pillan 😰 No obstante, vuelvo a caminar al poco tiempo. ¡Qué demonios! Si uno no puede, no puede, ea pues, a ritmo y cómo buenamente se pueda 🚶‍♂️

Alcanzo las Antenas 📡📡 ¡Uhm! Veo unos tramos de asfalto, de bajada, con una pendiente considerable. Es de cajón que ahí echo a trotar 🏃‍♂️ Si bien resulta ser un cemento muy rugoso y me pincha las plantas a más no poder, pero veo que lo aguanto y lo correteo hasta el final.

Acabado el tramo de cemento, cojo un camino a la derecha, qué de momento es planito pero que no veas cómo pica las plantas de los ‘pieses’ 😥 ¡Ufffff! Ahí sí qué ya empiezo a ver las estrellas, las galaxias y los sistemas planetarios más allá de nuestro sistema solar 🌌🪐

A partir de ahí ya doy pasitos cortitos, en el intento de reducir el impacto del peso que habitualmente se realiza e incremente con la alargada de la zancada. Llego a la “temida” bajada. Sin duda ninguna, esa es la parte más técnica de toda la carrera y, para mí, se convirtió en la más dura de todas. 

¡Oh boy, oh boy! Voy renegando por dentro en todos los idiomas conocidos y por conocer 🤬 Ya, incluso tengo ganas de que Rocío y Alberto “el corredor escoba” me den caza, y así poder coger los bastones, pues Rocío decía que ella no los utilizaba en las bajadas.

“¿Cómo vas José Ángel? ¿Vas bien?” Escucho a mis espaldas. Una lucecilla se enciende en mi interior 🎇 Me doy la vuelta y veo al concejal de deportes del ayuntamiento de Argelita en lo alto de un montículo. “¡Bien, bien. Bien “jodío” pero bien!” Le suelto con mi boca ladeada en el intento se sonreírle 😏 Me pregunta que si quiero los bastones 🦯🦯 No dudo un segundo. Y espero a que me los alargue. Rocío viene unos metros por detrás. La veo bien. ¡Joer! Qué bien qué baja la amiga 👌

Los tres de nuevo ya “rejuntaos” descendemos lentos pero firmes por el sendero técnico y empinado y pedregoso que viene de las Antenas 🚶‍♀️🚶‍♂️🚶‍♂️ ¡Cullona, cullona! Hay tramos que realmente estoy sufriendo de lo lindo, más de la cuenta diría, y eso que los bastones me están ayudando a repartir pesos del cuerpo 😰 Pero no lo puedo evitar y el dolor se me acumula hasta las orejas 👂👂

De seguida que empiezo a “rezar en arameo” 🤬 Y, mira por dónde, en un instante, se aparece delante de mí “Dios” en persona 😳 Veo que me sonríe de oreja a oreja 😳 No lo puedo creer. “Dios” ha acudido a mis plegarias, “Dios” me ha escuchado. “Dios” viene en mi busca 🤩 Se trata de “Dios Esteve”, el tercer clasificado descalcista 💪 y que me choca la mano y me pregunta buenamente qué cómo voy. Y yo, que me paro y hago el gesto de quitarme la mochila y de recoger los bastones, ya que pensaba que me iba a bajar a cuestas hasta la entrada del pueblo 😁 Si bien, “Dios Esteve” me pasa de largo y se va junto a Rocío 😭😭😭

¡Aaaaayyyy, qué pena más grande la mía! 😭 ¡Qué desilusión máaaaas grande la mía! 😭 Veo y escucho que Esteve le pregunta y se preocupa por el estado de Rocío 👍 Parece que ella también lo está pasando algo mal. Me detengo y le ofrezco ésta vez un bastón a ella 🦯 pues yo también estoy necesitado de ayuda. Y me lo recoge. Pues nada, qué toca seguir remando. Hala pues, y con el ‘filosofeo’ de Esteve seguimos todos “pabajo” 🚶‍♀️🚶‍♂️🚶‍♂️🚶‍♂️

"¡Anda! Yo también tengo una mochila como esa. Pero yo la hago servir para largas distancias" Me insinúa Esteve. ¡Uhm! 🤔 Qué curioso, me daba cuenta de que no hace falta atravesar ninguna galaxia a años luz en la distancia para ver y saber de que existen millones y millones de universos sin tener que salir de éste nuestro planeta. "Es que yo voy en modo "ultra". Yo venía para más de 6 horas" Le replico al amigo Esteve, intentándole hacer ver de que si yo tuviese la capacidad física de hacer la carrera en 2 o 3 horas, pues muy posiblemente cargaría con la mitad de material. En definitiva, diferentes mundos, diferentes personas, diferentes puntos de vista. Es lo que hay... 🤗

Alcanzamos la carretera, ya casi estamos a la entrada del pueblo. “¡Qué! ¿Os gusta el recorrido?” Inquiere uno de los organizadores que está sentado en el guardarraíl de la carretera. “¡A ver si para el año que viene asfaltáis los caminos, qué están tós llenos de piedras¡” Le contesto sardónicamente 🤣 No sé si entendió mi humor, porque se quedó a cuadros y no dijo ni mú 🙃😜

Ahora sí, ya el último tramo de camino pedregoso y conectamos con el asfalto que nos conducirá al pueblo. Empiezo a trotar 🏃‍♂️ Y cómo es la mente, ¿eh? A sabiendas de que sé que ya no me queda casi nada, me desconecto de mis pies, de mis plantas y ya no me acuerdo del dolor 🤗 

Empiezo a ver y a chocar manos 🖐 con amigos descalcistas justo al cruzar sobre el río. Allí están Luismi esperando a su hermana y Ares que se quedan a la espera de Rocío.

Nos quedan un par de repechos cortitos pero bien fuertes. Más amigos descalcistas vienen a la búsqueda 🥰 Comienzo la subida del primer repecho y el resto de amigos y amigas descalcistas, que van alrededor de Rocío, me pasan como un ‘gran enjambre’ cuesta arriba. 

A los segundos, alzo la vista y de repente veo a Rocío caerse cuesta arriba y rodar cuesta arriba 🤦‍♂️ ¡Jó! En la vida había visto tal cosa 😳 No sabía qué te podías caer y rodar contradirección, subiendo una cuesta. ¡Si es que lo que no hacemos lo descalcistas no lo hacemos naide! 😅 ¡Yujuuu! ¡Viva el descalcismo! 👣💪😁

Náaaa, chapa y pintura. Rocío se reincorpora en un santiamén y seguimos todos detrás de ella. Ares se queda a mi lado y me avisa del segundo fuerte repecho 😉 No dejo de trotar y continúo hacia arriba 🏃‍♂️  

El séquito de descalcistas vuelve a caminar pasando ya por las estrechitas calles de Argelita. Ya escuchamos al “speaker” 🎤 bien fuerte y claro 🔊 Cómo no, el locutor todavía sigue al pie del cañón 💪 ¡Yujuuuu! ¡Qué viva también el pacharán! 😅

Yo continúo corriendo. Adelanto al grupo y me pongo a la altura de Rocío. Le miro de lado. “¡Venga Rocío qué te adelanto!” Le suelto para darle un último achuchón 💪 No nos va la vida en ello, pero parece que a nadie le gusta ser el último. Y Rocío hace otra arrancada 🏃‍♀️💨 se lleva al séquito de descalcistas con ella, ya hasta cruzar la línea de meta 🏁
  
Y lo vivido en meta no tiene nombre 💝💥 Rocío junto a su hermano Luismi se echan a la izquierda. Yo me echo a la derecha. “¿Ves? 6 horas clavadas. Lo has hecho” Me dice Ares Descalzo que me apunta con su índice el cronómetro de meta, y enseguida nos chocamos la mano 🖐

Paro el reloj. Alzo la vista y lo que estoy viviendo todavía creo que es un sueño 😍🤩 El alma de los descalcistas 💚 El alma del pueblo de Argelita 💛 Todo eso rebozado con el alma del “speaker” 💓se crea una atmósfera tan especial y ricachona que cuesta de describir 🔅

Los amigos descalcistas están saltando en grupo, unidos, dando ánimos de apoyo y cariño a Rocío, qué está bien emocionada por haber acabado su primera carrera trail descalza 👏 El ambiente es mágico 🔮 Yo creo que me quedé con la mano de mi reloj en alto, esperando algunos datos del aparatillo, si bien estaba atónito, estupefacto de lo que estaba viviendo 😳

Sólo veo caras de alegría por todos lados. Alberto “el corredor escoba” el concejal de deportes del ayuntamientos de Argelita, las gentes de los avituallamientos y los Amigos Descalcistas me viene a felicitar uno a uno 💖 Todo son besos. Todo son abrazos. Todo son caras de alegría compartida 🥰

¡Joer, joer joer! Viendo los vídeos de la llegada de los primeros participantes. Vaya qué sí, sí, sí, qué prefiero ser el último de todos. A eso lo llamo yo un señor y majestuoso y caluroso recibimiento 😘

Y todavía sigo pasmado con la experiencia vivida en la “Canaleta Trail Argelita” 💘 Yo, qué también soy de pueblo, me impresionó el grato trato y cálido recibimiento por las gentes de Argelita 😍 Bueno, todas menos una 😔

Sólo queda agradecer a la organización su gratitud por habernos prestado el Centro Cívico de forma altruista a los descalcistas para cenar y pasar la noche 💕 Aunque eché en falta un poco más de variedad de alimentos sólidos en los avituallamientos, especialmente pensando en los que vamos en modo “ultra”. Y no lo digo por mí, puesto que salgo en cada carrera en modo autosuficiente, lo comento más por si hay algún “despistadillo” que se encuentra en la misma situación y no sepan cómo administrarla 😶 Gracias de verdad 💗

Y ya por último, millones de gracias a los Descalcistas por vuestro tiempo compartido, además de tantas risas y algunas fatigas y, sobretodo, el compartir ese sentimiento ancestral que nos une a todos. A eso lo voy a llamar “The Barefoot Connection” o “La Conexión Descalcista” 🥰

Pues nada más. Otra a la saca. Si bien esta ha sido muy especial por todo lo vivido. Al final la acabé en un tiempo oficial de 6 horas, 00 minutos y 25 segundos 👣

Así que solamente me queda decir: “Argelita, ita, ita, qué nos quiten lo bailao en este pedazo de carrerita”. Hasta la próxima…😃😉👍👣

8 de septiembre de 2019

viernes, 13 de septiembre de 2019

Diario de un Finisher: “Subida al pico Veleta. 50 kilómetros con 2800 metros de desnivel positivo"







“La subida fue dura pero la bajada fue más que requetedura”

No se confundan señoras y señores, sí, la carrera que parte desde Granada hasta el pico Veleta, cómo bien indica su nombre, se trata sólo de la subida. Sin embargo, luego, hay que bajar hasta el punto de partida a través de otros medios de transportes, que más tarde trataré  🙂

El despertador me suena a las 4 de la mañana. Habré dormido unas cinco horitas, pero, debería decir que bien dormidas. Tan sólo me preparo el desayuno, ya que el día anterior me preparé mis enseres y mejunjes para la carrera.

Doy un último bocado. Doy un último sorbo de café. Me cepillo los dientes y re coloco mis artilugios y mochilas en el maletero del coche, dispuesto a afrontar, muy posiblemente, la carrera más dura que jamás me haya propuesto correr 🤩

Arribo a la majestuosa Granada sobre las 6:15 a.m. Aparco, sin problemas, bastante cerquita del Paseo de la Bomba y Paseo del Salón que es adónde está ubicada la línea de salida. Es lo que tiene merodear una ciudad a horas intempestivas y en fin de semana, parece que sitio por todos lados 🚗

Abro el maletero, hago un último ajuste de cositas que meter en las dos mochilas que voy llevar conmigo; la de “trail running” que irá a mis espaldas, y, la de “senderismo” con enseres de post carrera que tendré que ingresar en uno de los autocares que se allegarán hasta la línea de meta con ella 🚌

Mientras me coloco mis cachivaches electrónicos, ya veo a gentes vestidos de corredores, que vienen de todas direcciones hacia el paseo. Antes de adentrarme en el Paseo del Salón, pregunto a un Policía Local sobre cómo funciona el tema de “cámaras que regulan el tráfico” en el interior de la ciudad, no vaya a ser que en un mes me llegue una “recetita” a casa 🙄

¡Uhm! Me gusta. Ya se ve ambiente, bastante ambiente pero sin aglomeraciones ni barahúndas de runners, puesto que el paseo es bastante amplio, y eso, que este año había récord de participantes, unos 800 corredores  😎🏃‍♂️

Una vez dejada la mochila post carrera en el bus, pido a una chica, que tenía un fuerte acento gallego, qué me haga una foto. “¡Vaya! Salgo muy serio… ¿Me puedes echar otra, por favor?” Le apunto alargándole nuevamente mi móvil. “Me parece que tienes cara de miedo” Me replica ella con media sonrisa. ¡Ups! Me hace reflexionar momentáneamente. “Miedo no. Lo que estoy es ‘cagao’” Le replico con una extensa sonrisa nerviosilla 😥

“¡Anda! Uno de Tarragona… ¿Me puedes echar una foto? Escucho a mi costado derecho, en catalán, mientras le estoy dando las gracias a la chica gallega por su cortesía y simpatía 😘

Él es un “chicarrón del norte”. Alto y recio. Cincuenta y largos años. Porta una camiseta blanca con el escudo del Nàstic de Tarragona. Me dice que se llama Manel. Qué es la cuarta vez que hace la carrera. Qué suele venir a menudo a Granada, ya que hizo la “mili” aquí y le trae buenos recuerdos. Qué en las últimas ediciones, también ha coincidido con otro muchacho de Tarragona, si bien parece que este año no se había presentado 🤔

 “¿Qué estás con el Nàstic?” Le inquiero. Me dice que está con casi todos en Tarragona. Me dice que conoce a muchas personas de mi club y me los nombra, no obstante, no me acaba de aclarar con el club que está, o con los que está… Nos despedimos y nos deseamos suerte 🤞

Por megafonía, anuncian y llaman a los corredores al parque cerrado de la salida. Paso el control de chip y me coloco por la parte de atrás, cómo de costumbre. Y vuelvo a coincidir con Manel el “chicarrón”. Le digo que estoy con el club Trail Tarraco pero que vivo en l’Espluga de Francolí, y, que tengo casa en Villanueva Mesía, cerca de Granada. “¡Ondia! La semana pasada estuve en l’Espluga, en la carrera de la Fiesta Mayor. Este año no ha hecho calor” Me recalca. Y rápidamente nos volvemos a estrechar la mano y a desear suerte, puesto que ya están dando la cuenta atrás por megafonía y nos apresuramos a poner los relojes en marcha 🕐

Y con rigurosa puntualidad inglesa, a las 7:08, cuando la carrera debía comenzar a las 7:00 😅 se da el pistoletazo de salida, ¡Yujuuuu! 🏃‍♂️ Y allá que vamos… Y la verdad que entre tanta “charreta” casi que no me he acordado de los nervios… Sé que, más o menos, he estado entrenando ‘fuertecillo’ en las tres últimas semanas. Claramente, más suavecito los últimos 7 días. He realizado tiradas largas en altura, sobre 36 kilómetros entre el Veleta y casi el Mulhacén. Tirada ‘intensa’ desde la Hoya de la Mora hasta el mismo pico Veleta. Tirada suave entre Pradollano y la Hoya de la Mora. Y, para rematar, me descargué el track de la carrera y la hice en bicicleta. Así qué, ya sabía a lo que me enfrentaba, por tanto, tocaba hacerlo a ritmillo, con la clásica frase revoloteando constantemente por entre mis neuronas cerebrales el “sin prisas pero sin pausas” 😁

Damos una vuelta entera a los paseos del Salón y de la Bomba. Hace bastante bochorno a esas horas ya en Granada. Siento calor. No he dado la mitad de la vuelta cuando, al otro lado del paseo, en un terreno más bien llano, ya suben los “cocos” a toda pastilla. ¡Buuh! Cualquiera diría que todavía tienen que subir hasta más de 3000 metros de altitud 😱
Dejamos el paseo de la Bomba y nos encarrilamos hacia la carretera vieja de Sierra Nevada. El terreno es casi llano, picando siempre ligeramente hacia arriba. Será así hasta el kilómetro 11 aproximadamente, hasta la población de Pinos Genil.

A medida que vamos dejando atrás la urbe ya se empieza a notar como corre mejor el aire y se tiene la sensación de estar más fresquito. Ya empiezo a fijarme en corredores para ir teniendo una referencia visual de mi ritmo. Debe ser el instinto “masculïnus” qué me fijo en un par de chicas, concretamente en sus culos, es para contrastar los movimientos biomecánicos de sus glúteos, y qué bien lo hacían. Y qué casualidad, ¿eh? 🙃

Las empiezo a descartar, ya que observo y me percato de que están incrementando el ritmo y, apenas, llevamos unos 5 kilometrillos. Aún queda un mundo… 🤗

Entonces, en lontananza, veo a un par de “marchadores”, qué se distinguen fácilmente entre la multitud por su peculiar forma de desplazarse hacia adelante. ¡Uhm! Me sorprende. No sabía que se pudiera uno mover con fuertes pendientes utilizando la técnica de la “marcha”, así que, al llegar a su altura me relajo un pelín y les pregunto sobre mi duda. “Sí, sí, claro que se puede. Aunque al final seguramente habrá que arrastrarse y achuchar como uno pueda” Me contesta el más veterano de ellos 💪

Continúo hacia adelante. Pasamos la localidad Cenes de la Vega. Ya tengo un primer aviso de soltar algo de líquido. Empiezo a fijarme en los tipos de cunetas que hay por en redor. Y, a la que vislumbro un poco de vegetación, me paro y orino ya un poco, qué diantres, a sabiendas de lo todo y mucho que me queda, para qué esperar, ¿no? 👉

¡Ándale! Me voy a incorporar y veo a un corredor con huaraches, o sandalias, y otro con unas Five Fingers, las zapatillas de dedos, que eran como las que yo llevaba pero de color negro. “¡Vaya! Minimalistas, ¿verdad?” Pienso en voz alta. Los dos me miran a los pies y me sueltan una sonrisa. El de las Five Fingers  le comenta al otro de que ya había visto a otro con unas zapatillas cinco dedos. Y, obviamente, entablamos conversación 😄

El de las huaraches dice que se llama Alberto Hernandez y que es de Getafe. El de las Five Fingers dice que viene de Valencia y que se llama Tomas Puchalt.

Recorremos varios kilómetros juntos. Hablamos de la temática de la carrera a pie y, sobre todo, lo relacionado con el minimalismo y descalcismo. Me comentan que los dos están, al igual que yo, en las páginas del Facebook del “Amigos del Minimalismo” y “Amigos del Descalcismo”. Si bien, no me suenan de haberlos visto en alguna publicación, en especial en la página de descalcistas. Bueno, también me comentaron que no corrían descalzos 🙄

Y así, de una manera muy amena, corrían los kilómetros y corrían las palabras, llegando a mentar a ilustres de este mundillo como son Alberto Calvete Feliu, el gran Ares Descalzo, a la grandísima Barbara Campos Vizoso, y a uno de los más grandes del mundo mundial como es Scott Jurek y, finalmente, haciendo hincapié al más grande de todo el universo universal en lo que al ultrafondo atañe, al mismísimo Yiannis Kouros, que está a las puertas del retiro de la competición y aún ostenta todos los récords mundiales a partir de las competiciones de las 12 horas 💪💪💪

Decido hacer otra “paradiña urinaria” Alberto y Tomás me acompañan. Nos incorporamos Tomás y un servidor. Alberto se queda algo rezagado. Al echar a trotar nos da caza el “chicarrón tarraconense”. Manel va bien, intercambiamos unas palabras los tres en catalán, no obstante, el “gladiador de Tarraco” parece que lleva buen ritmo y paulatinamente se despega de nosotros🏃‍♂️💨💨💨

Y, entre pitos y flautas y, habiendo traspasado ya hacía un rato el pueblo de Los Pinillos, casi sin darnos cuenta, al menos yo, llegamos a Pinos Genil. “¡Aquí empieza el baile, amigo!” Le suelto a Tomás el minimalista en referencia a la carretera que se pone derecha y bien empinada hasta la línea de meta, exceptuando un par de falsos llanos cortos. Así le digo que en el giro a derechas seguramente me lo tome con calma y que caminaré un ratito 😉

Efectuamos el giro y dejo que Tomás se aleje de mí. Aminoro la marcha notablemente pero, en última instancia, decido correr un pelín más, pues la subida no me impactó terriblemente en las piernas. Apenas recorridos unos 400 metros de subida, decido caminar, antes, por qué no, echar otra pequeña descarga de líquidos corporales y me tomo un gel tranquilamente mientras camino 😋

“¡Así no vas a llegar!” Escucho a mis espaldas. Me vuelvo y veo una sonrisa en el rostro de Alberto el huarachero. Le alzo la mano como saludo y le respondo qué sí, qué no sé cuándo pero que llegaré. Sube a ritmillo y se le ve fácil. Ya no le volvería a ver más 🙄

Y aquí empieza mi carrera. Me ensimismo. Interiorizo mis percepciones, mis emociones, mis sentimientos, mis pensamientos 🙌 Acto, que solamente se logra cuando estás a solas contigo mismo. He aquí que empiezo a calibrar fuerzas, recorrido, esfuerzos y vuelvo a fijarme en corredores que me preceden para llevar una mera referencia visual de mi ritmo para con el resto. Asimismo, debo mentar que llevo mi chuleta con el kilometraje de los puntos de avituallamientos, puntos de cortes y una división de los kilómetros restantes entre avituallamientos, ya que es mucho mejor y más llevadero, el saber que solo te quedan unos pocos kilómetros hasta el siguiente “respiro y recarga de combustible” que pensar en los kilómetros totales que te quedan de carrera 🤗

Comienzo a hacer “la goma” con una chica y con un hombretón, también altote y fortachaco, de piel oscura, y de mediana edad ambos. Vuelvo a parar a orinar, ¡buh! ya no sé si debo mirarme esto de orinar tanto, lo único que sé es que me pasa durante las dos primeras horas de carrera, luego, parece que me estabilizo y hago pipí cuándo parece que toca y ya está 🤔

Al incorporarme extraigo mi “chuleta” para ver la primera hora de corte. ¡Uhm! Voy con una hora de margen más o menos sobre el horario establecido. Está bien, pero sé, por experiencia, que no es demasiado, ya que si te pilla una “megapájara”, los minutos caen en un santiamén 😳 Y ya si te entran las prisas, los nervios y no dejas de mirar el reloj, ya no digo nada. O sí, sí, tal vez debería decir que tan sólo desaparece la diversión 😔

En eso que se me pone a la altura el hombretón. “¡Yo français. No español!” Me contesta a mi pregunta de si sabía que la organización daba 10 horas para acabar el evento. “¿English?” Le inquiero de nuevo para intentar un contacto verbal interracial. ¡Nanai! “Naranjas de la china…” Qué tampoco chapurrea inglés, ni yo francés 😬 Pero qué ‘grande’ que puede llegar a ser el ser humano cuando hay voluntad de entenderse y de ayudarse mutuamente, inclusive si no utilizan un mismo lenguaje, y, pone en funcionamiento unas prácticas universales como son los gestos, expresiones faciales y pequeños “chapurrencillos” de palabras sueltas qué, aunque no entiendas, la comprendes por el remarcado énfasis y el sentido global voluntario que se le atribuyen 💙

Total, qué me dijo o me hizo entender, que era su sexta “Subida al Veleta”. Qué no me preocupara del tiempo, que daban horas de sobra. Y que él, al principio, de la misma manera llevaba consigo una “chuleta” con los cortes horarios. Su paso, de caminante,  es mucho más largo que el mío, por tanto, nos despedimos y deseamos buena suerte 👍

Continúo la subida caminando. Al poco ratito me alcanza la chica. Y entonces le pregunto a ella para reafirmar las palabras del “franchute”. La mozuela me suelta una parrafada. ¡Ups! Su respuesta me deja ‘fuera de órbita’. Estoy totalmente confuso por unos momentos 😳  ¡Caramba, caramba! No sé si me ha contestado en un andaluz muy cerrado o, por la contra, no sé si me ha contestado en euskera. Ahí va un trecho, ¿eh? 🧐

Tras el “¿Cómo?” ignorante de turno, la chica me dice, ahora sí con un acento más bien del norte, norte, qué sí, que por lo menos dan 10 horas y que por norma general toda la gente acaba la carrera. Le doy las gracias y también se aleja de mí con paso firme 🚶‍♀️

Finalmente me guardo la “chuleta”. Hechos ya unos pequeños cálculos, pues cómo sé que no queda demasiado para el primer avituallamiento con sólidos y el primer falso llano, echo a correr 🏃‍♂️

Estoy tocando el primer avituallamiento grande. He pasado al francés y a la vasca, los corredores con quien estaba haciendo la goma, y, ya le he echado el ojo a otros dos que parece que van juntos. “¿Falta mucho para la última subida?” Dice uno de ellos voz en cuello en mitad del avituallamiento, haciéndonos saltar la risa a los allí presentes, claro está 😂

El “duo del gracioso” abandonan corriendo el puesto de avituallas delante de mí. Doy un último bocado a un cacho de naranja y también me pongo en movimiento. Empiezo andando y tras unos cuántos pasos me pongo a correr 🏃‍♂️

Muchos cicloturistas que asimismo suben para Sierra Nevada, nos dan ánimos y apoyo mientras nos adelantan👏  Aquí ya se empieza a ver gente con cierta fatiga. Alguno está quejándose de las cuestas. Otro, está sentado en un guardarraíl de la carretera mientras un compañero le está haciendo un masaje en una de sus pantorrillas. No hay duda que se debe a los calambres  😰

Alcanzo el primer falso llano, ¡jó! tan falso, que incluso hace bajada y todo. En unos escasos 150 metros de bajadita no veo ni al “tato” en el horizonte 🧐 no se ve alma alguna corriendo delante de mí, eso significa que todavía hay muchas fuerzas al frente. Yo no me vuelvo loco por correr ni por alcanzar a nadie, a sabiendas, de que el cruce a tomar  a la altura del “Centro de Visitantes de El Dornajo” está a unos escasos 500 metros y ahí espera otra subida fuerte, fuerte, de unos 7,7 kilómetros hasta el próximo avituallamiento de sólidos y corte de tiempo 🤗

Cambio de carretera. Y no sé por qué, vuelvo a preguntar a un hombre que vestía de blanco, situado justo en mitad del cruce de carreteras de “El Dornajo”, pensaba que era un juez de carrera, sobre las 10 horas límite. “Pregúntalo más adelante, a los jueces de carrera” Me comunica el señor. Y me doy cuenta de que realmente no me hace falta volver a saber sobre las horas límite de carrera 🙄

Paso bajo un arco de ‘meta volante’ y nos toman el número de dorsal. La carretera se estrecha, con un firme bien pero rugoso. ¡Uhm! Me hago consciente de que voy bien de pies, y, de que estoy haciendo la distancia más larga con calzado minimalista hasta la fecha 💪  Pero cómo qué voy bien, pues nada, qué voy para adelante, disfrutando, y ya está. No hay que darle más vueltas ✌

Las primeras rampas me las tomo con calma. Ando, camino, me hidrato, me alimento y me tomo mi primera píldora de sales. Todavía se ven bastantes pinos por las inmediaciones 🌲 Debemos estar a unos 1700 metros de altura. Miro al frente y veo que los corredores y corredoras que me preceden se cambian al lado izquierdo de la carretera, buscando la sombra de los pinares, a pesar de que deberíamos circular por el lado derecho de la calzada, como el tráfico regular 🤗

La carretera se tiende algo, así qué, decido echar a correr. Comienzo a adelantar a corredores a cuenta gotas. ¡Uhm! Veo a un tipo corpulento delante de mí. Porta una camiseta blanca. Me recuerda  a Manel el “chicarrón del norte”. Me coloco a su altura. Le lanzo una fugaz mirada cansina. Él me la devuelve con cierta fatiga en su rostro. Y, a decir verdad, fue todo tan rápido y esforzado qué, ni él me reconoció ni yo a él tampoco 🤓

Luego sobrepaso a un par de corredores los cuáles ya tenía “fichados”. “¡Joer! A vosotros dos ya os he pasado 40 veces…” Les suelto con una sonrisa. Ellos me la devuelven para comprobar, efectivamente, que se trata del “dúo del gracioso”.
Unos metros más adelante, me topo con otro corredor, más bien ‘master’ que ‘veterano’ diría yo. “¡Venga, ánimos, adelante!” Le suelto en catalán, ya que pude leer que las inscripciones de su camiseta se refería a una de las famosas caminatas de resistencia de la FEEC, la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña. Y me responde en un castellano andaluzado, inquiriendo sobre mi procedencia en tierras catalanas.

Empieza el curveo y con ello las fuertes rampas temidas. Pues nada, hala, a caminar se ha dicho 🚶‍♂️ Más cicloturistas nos van animando mientras nos adelantan. Ora troto, ora camino, luego corro. De esa manera arribo al siguiente avituallamiento 🥤

Mientras bebo agua en el avituallamiento se acerca un “hombretón”. ¡Uhm! Sí, es él, es Manel de Tarragona. “¡Vas bien. Ya he visto que vas corriendo todavía. Bien, bien!” Me dice. Él sale “escopeteao” del avituallamiento. Nos despedimos, pues yo me tomo mi tiempo.

Salgo del punto de agua y echo a correr de seguida. Qué bien me vino subir la semana antes en bicicleta, pues sabía qué, hasta la próxima parada con líquidos y sólidos y punto de ‘tiempo de cortes’, ubicada justo en el cruce de la carretera de Pradollano, eran unos 3 kilómetros con una subida suave 😉

Vuelvo a adelantar a Manel y a otros participantes.
En el súper avituallamiento del cruce de Pradollano, había de todo y en gran cantidad, el más grande de todos sin duda alguna, me topo con  Tomas Puchalt, el otro minimalista que asimismo calza unas “Five Fingers”.

Intento entablar conversación. Le pregunto qué cómo va, me responde escuetamente que más o menos bien. Sin embargo, más que fatigado lo veo estresado, pues va de aquí para allá buscando algo, imagino, algo específico, que llevarse a la boca para comer y beber 🤨 Yo como y bebo y echo un vistazo a la hora de corte, qué eran 5 horas y 10 minutos. Me sobraba una hora más o menos, una horita de margen todavía 👍

Abandono el avituallamiento e intento echar a correr. Doy un par de pasos ligeros, si bien, paro de seguida y camino, pues he notado bastante dificultad y sé que el terreno qué me espera hasta el próximo punto de ‘tiempo de corte’ situado en la Hoya de la Mora, son unos 5,3 kms con rampas largas y duras, bueno, más que súper empinadas, se caracterizan por ser bien largas y siempre a la vista ⛰

A partir de este tramo, ya no quedan árboles a la vista, debemos estar a 2100 metros de altura sobre el nivel del mar. Ahora tan sólo se observa vegetación a ras de suelo, tipo leguminosas y matorrales 🧐

Mi caminar no es ligero, es más bien de pasos cortos y sostenidos, creo que, inconscientemente, camino así como hábito de recuperación. Y me adelantan unos cuántos corredores. No me altero ni me pongo nervioso, para qué 🤗 Lo que hago, por la contra, es disfrutar de las espectaculares vistas de Sierra Nevada. El pico Veleta ya se ve bien definido al frente, con su característica forma de vela. Parece que está ahí mismo, que lo puedes alcanzar con la mano, pero, sé qué no lo está, qué aún falta un buen trecho. A la derecha, toda la enorme sierra siendo vigilada por la omnipresente presencia de Pradollano, esa mítica localidad turística, especialmente de largos inviernos ❄

Doy caza al ‘gracioso’ del “dúo del gracioso”. Percibí, hacía un buen rato, que su compañero se despidió de él y desapareció cuesta arriba. Comentamos sobre el CAR de Sierra Nevada, El ‘Centro de Alto Rendimiento’ en dónde la élite de los deportistas españoles y, también extranjeros, se dan cita para experimentar los esfuerzos de sus cuerpos en altura 💪

El ‘gracioso’ se queda atrás. Vuelvo a pensar a echar a correr, emito 3 o 4 pasos y, repentinamente, siento un extraordinario dolor de piernas 😱 ¡Ojúuuuu! Qué dolor de piernas 😥 Continúo caminando. Y veo que a unos escasos cientos de metros hay otro punto de agua y una camilla en dónde se realizan masajes para los participantes que deseen relajar sus piernas. ¡Buuuh! Qué peligro pensé para mis adentros. Si ahora mismo me estiro aquí, yo ya no me levanto en todo el día 😅

Lanzo una mirada al horizonte y ya distingo el aparcamiento de la Hoya de la Mora, el último control de ‘tiempo de corte’. Sé que allí vuelve a suavizar algunos pequeños tramos la carretera y tal vez haría el intento de volver echar a correr. Ese avituallamiento está formado por súper amables y súper simpáticos miembros de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia 💖

Dejo atrás el avituallamiento de la fundación y decido echar a correr 🏃‍♂️ Me cuesta al principio pero de seguida se esfuerzan y adaptan mis músculos y veo que aguanto, así pues, venga, “parriba” 😃

Hay muchísima gente; autocares, coches, ciclistas y gente que sube y baja por la Hoya de la Mora. Casi que tengo que zigzaguear por la carretera. Muchos me animan y aplauden al paso 🤟 ¡Claro! Recuerdo que la “Minisubida” sale justo desde allí y, además, es domingo, el fin de semana ya de por sí, se llena Sierra Nevada. Entre tanto bullicio no me acuerdo de mirar el horario de ‘tiempo de corte’. Qué más da. Lo importante es saber que voy bien 😀

Cruzo la barrera que detienen a los coches no autorizados. A partir de ahí, solamente transportes mecanizados autorizados pueden circular por lo más alto de la sierra. Es el kilómetro 38. Apenas quedan unos 12 kms hasta cruzar la línea de meta. Es la recta final, no obstante, es adónde comienza la carrera de verdad, ya que dependiendo de cómo hayas gestionado las fuerzas cambia, y muchísimo, de cómo finalizar la dura prueba  🕵️‍♂️

Continúo corriendo por un lado de la calzada, pues hay que estar atento a los ciclistas, motos de Guardas Forestales, microbuses y motos de la Guardia Civil. El pico Veleta ya se ve claro y se alza majestuoso en lo alto de la sierra 🗻

Adelanto a otros corredores. “¡Venga, vamos, qué ahora ya lo tenemos!” Les animo. Unos miran pero no dicen nada. Otros exclaman para responderme. Y algunos otros me dicen qué soy un máquina, qué de dónde saco las fuerzas para continuar corriendo. Sí, me halaga 😘 pero los máquinas diría yo qué son los que llegaron hace unas cuatro horas, ¿no? 😄

Paso bajo el monumento de la Virgen de las Nieves. Unos metros más arriba adelanto al minimalista  Tomas Puchalt. Le doy una palmadita en la espalda y nos animamos mutuamente 👍 Otras gentes nos animan a todos los corredores al paso  🤩

La idea es correr hasta el cruce de la carretera de Los Borreguiles, puesto que a partir de ahí, durante unos 5 o 6 kilómetros la carretera ya se pone bastante derecha y no sé si podría aguantar hasta el final corriendo 🤞

Sin embargo, doy un par de curvas y, de pronto, un fortísimo viento me atiza de frente, forzándome a caminar con cierta dificultad y sujetándome con  una mano la gorra y, con la otra el dorsal para que no volasen 😨 ¡Buuuhhrrr! Sí, el viento. Lo tenía en mente, sin embargo lo esperaba más arriba 🌬 Siempre que he subido al Veleta, siempre, siempre, el viento ha hecho acto de presencia con fuertes rachas 🌀

Llego a una mesa, que está casi vacía, en dónde hay dos personas. “¡Ehr! ¿Es esto un avituallamiento?” Pregunto. La chica me responde que sí, que lo tienen todo recogido, sino el aire se lo llevaría todo. Qué si quiero agua. Ya parado, le respondo que sí. Echo un sorbo y entablo conversación con un señor de Murcia y compartimos unos pocos kilómetros hablando de cómo nos iniciamos en esto de correr, de motos y del deporte en general 🙂

No recuerdo su nombre, pero sí me acuerdo que andaba rápido y enérgico. Yo tuve que acelerar una miaja mi paso, y, percibí que él aminoró un tanto su velocidad de crucero.

En lontananza me fijé en la curva del refugio de la Carihuela. ¡Uhm! Compruebo mi reloj. Clavo mis ojos en el refugio. Calculo a “grosso modo” las distancias por hacer.  Quedarían unos 3 kms aproximadamente para la línea de meta. Se me pasa por la cabeza echar a trotar, correr sería tarea casi imposible por el viento, las fuerzas restantes y la pendiente de la carretera  🤔

Delante del murciano y de un servidor, me fijo que otro chico estrecha su mano con la de su compañero de fatigas y sale corriendo con el viento en contra y la fuerte pendiente. ¡Uff! Yo no puedo echar a correr así 😳

Le digo al murciano que me entran ganas de echar a trotar. Le animo a que coja su ritmo y, así, poco a poco, se va alejando de mi presencia.  Yo de la misma manera cojo mi ritmillo hasta que en una curva y con el viento de espaldas, aprovechando el empujoncito del aire, pues ¡ea! qué echo a trotar a ver cómo voy🏃‍♂️

Se me adaptan los músculos, se me aclimata la respiración. Siento algunos pequeños mareos, eso es síntoma de más de los 3000 metros de altura y la falta de aire. Nada nuevo, eso, sin duda, es la falta de oxigenación en la sangre, pero, también noto que me adapto en un santiamén 😃 Mi respiración se estabiliza, desaparecen esos mareíllos y noto que las piernas se me mueven empujando hacia adelante. Nada, pues “palante” 💪

Doy un par de curvas. Me preparo para recibir el impacto del fuerte viento de cara. Y, para mi sorpresa, sí, sigue soplando pero me permite continuar trotando montaña arriba. De vez en cuando levato la mirada al horizonte, siguiendo el recorrido de la carretera, pensando, si Alberto Hernandez, el otro minimalista, habría llegado ya o tal vez lo atraparía con sus huaraches montaña arriba 🤔 ¡Ups! Más tarde descubrí que llegó una horita antes que yo 👏

Encaro la larga recta que lleva al refugio de la Carihuela. El asfalto aquí ya está resquebrajado y en muy malas condiciones a causa de las inclemencias del tiempo. Ya tengo que ir prestando atención adónde aterrizan mis pies, puesto que los 7 milímetros de suela de mis zapatillas no absorberían los impactos y pinchazos de piedras puntiagudas 😌

En mitad de la larga recta, el ejército tiene un último avituallamiento con líquidos. A medida que me voy aproximando les pregunto, a voz en cuello, qué cuánto queda para la meta. “¡2 kilómetros y ya lo tienes!” Me responde un soldado con un vaso de agua en la mano. Le doy las gracias a él y alzo la mano izquierda para saludar al amiguete murciano que estaba parado ingiriendo líquidos por última vez en la subida 🖐

Y decido trotar y trotar hasta la línea de meta 🏃‍♂️ Voy sorteando piedras, senderistas y ciclistas, puesto que voy escogiendo el terreno más fino y suave para poder correr. Hago el giro próximo al refugio. Me quedan unos pocos cientos de metros, eso sí, ya por piedrecillas casi todo.

Y ya veo la edificación del último telesillas que sube al pico Veleta y en dónde está situada la meta 😀 A medida que me voy acercando veo a una cola de gente. Justo antes de hacer el giro hacia el telesillas, me echo a un lado del camino, puesto que llega un microbús y me suelta un acelerón, con el tubo de escape a mi lado y me lo echa todo en la cara 🤬

Hago el giro y afronto ya la última rampa. Algunos de la cola aplauden y animan. Ellos también son corredores que ya han acabado la prueba. Veo como se mueven por el viento los estandartes de la línea de meta. “¡Ahora sí, esto ya está hecho!” Me digo y sonrío interiormente 🙂 Y cruzo la línea de meta por un lado, puesto que estaba ocupada por un grupo de corredores a los que le estaban haciendo una mini entrevista el “speaker”. Al final, feliz y contento, por la gestión de la subida llevada a cabo. Tenía pensado de hacer unas 8 horas antes de empezar la carrera. Y paré el crono en un tiempo oficial de 7 horas, 33 minutos y 35 segundos 😉

Una vez finalizada la prueba, le pido al ejército mi mochila con mis enseres. Bebo agua y Coca-Cola de la organización. No tienen comida sólida, me dicen. Bueno, pues me siento en una piedra y me hidrato con lo me que han dado y con lo que yo llevo casero. Miro y observo a los participantes que van llegando y a los que ya han llegado que están también sentados recuperándose del tan grande esfuerzo 👏

“Si te puedes levantar, ¿me podrías tirar una foto?" Me pide un participante que tengo a mi lado izquierdo. Me levanto con cierta fatiga de la piedra y consigo echar la foto ¡yujuuuu! 😅

Entablamos conversación. Me dice que estuvo el año pasado y que hizo unas 6 horas. Pero, qué no sabía por qué, este año no se había encontrado bien y ha acabado en 7 horas y pico. Las largas distancia son como una lotería, nuca sabes cómo irá la cosa. Me dice que es un pueblo de la Sierra de Cazorla, Jaén ⛰

“¿Está cerca de Pontones? Le cuestiono. Me afirma qué sí con la cabeza. Entonces le digo que tengo un amigo de allí y que en septiembre tienen unas carreras de montaña muy chulas. Obviamente, me lo reafirma y me invita a hacer alguno de los varios recorridos que tienen disponibles. Eso sí, me mete prisas para que me inscriba con la excusa de que se están acabando las inscripciones. Y nos estrechamos la mano y nos despedimos👋

Y yo me siento ya semi recuperado, por tanto, me dispongo a preguntar que hay que hacer para bajar hasta Granada. Una chica de la organización me dice que se ha estropeado el telesillas que nos debería bajar hasta Los Borreguiles. Y que hay una hora y media de espera para los microbuses. Me recomienda encarecidamente que me baje a pie hasta Los Borreguiles que es adónde se coge el telecabinas hasta Pradollano 🙄

Allí nos darán comida, bebida, premio de finisher y las duchas. Y de allí hasta Granada parten los autobuses.

Me voy con mis dos mochilas, la de correr y la de senderismo hasta la cola a esperar los microbuses. Una vez allí repregunto a un muchacho si es esa la cola para los microbuses. Después de responderme que sí, me confirma asimismo que hay que esperar un poco, si bien no se trata de una hora y media, sino, de unos 30 minutos 🤨

Bien, de momento espero. Durante la espera siguen subiendo corredores. Aplaudo y animo como otros que estamos esperando al microbús. Sigue soplando el aire, si bien más bien suave, pero me entra algo de frío y decido ponerme el chubasquero. Siguen subiendo más corredores. Uno de ellos era Manel de Tarragona. Le animo y aplaudo y nos chocamos los “5” 🖐

Me siento bien e, incluso, con ganas de moverme. ¡Uhm! Veo a dos hombres que están parados en mitad del camino que lleva hasta el mismo Veleta. El pico está a unos escasos 200 metros de nosotros. Ellos dos se encargan de desviar a los corredores hacia la línea de meta. Me responden que son de la organización a mi pregunta.

Agarro mis dos mochilas y me dirijo hacia ellos. Tras mi pregunta me contestan lo mismo que me dijeron en la línea de meta: qué era mejor bajarse hasta Los Borreguiles andado, qué en línea recta apenas eran 2 kilómetros. Y que el sendero se cogía a unos 10 metros de dónde estábamos 🤔

Pues, como que el cuerpo me pedía movimiento, decidí tirar hacia abajo 🚶‍♂️ El primer sendero bajaba dirección al telesillas, no obstante, torcía hacia el lado derecho de la montaña, conectando de nuevo a la carretera. Haciendo medio campo a través, con mis zapas de 7 milímetros, ya se me estaba complicando algo la cosa frenando y sorteando piedras con las piernas cansadas 😰

De vez en cuando miraba hacia atrás para ubicarme y ver si bajaba alguien tras de mí. Vi, en las alturas, que un mozuelo seguía mis pasos. Bajaba ligero, con dos bastones, dudando yo de si era un corredor de la “Subida”. Al llegar a mi altura le pregunté si Los Borreguiles era el penúltimo puesto del telesillas que estaba justo en la carretera. Y me contesta qué no, qué Los Borreguiles se trata del complejo en dónde salían los telesillas hacia lo más alto de la sierra y los telecabinas hasta más abajo en Pradollano 😳

“¡Oooh boy! Cagatus la hemus…” Me dije para mis adentros 😱 Yo pensaba que Los Borreguiles estaba justo debajo de mí, a tiro de piedra, a unos pocos cientos de metros ya. Miro fugazmente el tramo bajado. Serían unos 500 o 600 metros. ¡Uff! Lo seguro es que no vuelvo hacia arriba. Resoplo. Cojo aire y continúo a mi ritmillo descendiendo por el lomo de la montaña 🤗

Sigo mirando hacia arriba y hacia abajo. Observo que viene otro chico por detrás mía. También baja ligero y asimismo era corredor. Me dice que sí, qué Los Borreguiles es el complejo de abajo y que el chico que bajaba campo a través, en línea recta, era porque llevaba bastones. Sí, y calzado adecuado pienso yo. Me indica que él irá por senderos 😶

Se aleja de mí, yo voy con las “Five Fingers” y claramente no puedo seguirlo, sin embargo lo sigo con la mirada para ver los senderos que toma 🕵️‍♂️ En una de mis “paradiñas” alzo la cabeza y lo pierdo de vista. ¡Ups! No hay rastro de él. Minutos después, veo que está andando por la carretera. ¡Santo dios! Eso significa más kilómetros. Ni hablar🤦‍♂️

Así que decido tirar por tramos campo a través y tramos por senderos. Al muchacho de los bastones ya hace rato que no se le ve el pelo, ni rastro de él. Sigo con mi marcha. Se me está acabando un sendero y veo que llegaré a la carretera. Y detecto al chico último que casi me lo cruzo y alcanzo, ya que él bajaba por la carretera.

De tanto en tanto veo un tránsito de microbuses. ¡Uhm! Descaradamente no era cada hora y media. Eran mucho más frecuentes, sin duda alguna 😐

Decido volver a seguirlo, puesto que esta vez ha dejado la carretera y ha tomado un camino. El camino se acaba en una cabaña con un buen rebaño de ovejas alrededor 🐑 Me paro y lo busco para ver por dónde ha tirado. Vislumbro al muchachote que ha bajado campo a traviesa, por un pequeño valle, siguiendo el pequeño cauce de un riachuelo.

Y bien, como que veo los edificios de Los Borreguiles justo enfrente de mí, a unos 800 metros de distancia, en línea recta, decido parar para beber agua, comer una barrita energética, acabarme el batido casero y, además, para hacer mis necesidades 😉

Pasaría unos 15 o 20 minutos. Finalmente levanto mi trasero de la hierba. Cruzo con cuidado y vigilante parte del rebaño de ovejas, que me miraban así como de reojo 😅 Cruzo el riachuelo y vuelvo a adentrarme por otro sendero que se acaba en un gran poste de un telesillas.

Allá me toca volver a hacer campo a través. Tengo las plantas ya un poco fatigadas. Me voy hacia el lado izquierdo del montículo y no veo gran dificultad pero no hay sendero. Hay que cruzar por mitad de la montaña. Busco al otro lado del poste del telesillas. Allí descubro el cauce de un río, seco, formado por grandes rocas y piedras. Se me dibuja una sonrisa en la boca y cierto cosquilleo en los pies 👣 Sí, esas grandes piedras y rocas me lo agradecerán los pieses.

Desde la altura miro hacia abajo pero ya no veo al chico. Parece que ya habrá llegado. Sólo quedan unos 500 metros hasta Los Borreguiles. Y “pallá” qué voy 🚶‍♂️

La bajada era técnica pero confortable para las plantas de mis pies. Algunas piedras se movían, había que ir con algo de cuidadín. De vez en cuando se me quejaban los cuádriceps, pero nada fuera de lo normal. Así llegue al final del río seco y las grandes piedras y rocas. Hice un tramito de campo a traviesa y conecté con un sendero lleno de pichos fuertes, robustos y punzantes. ¡Auch! Tuve que parar y sentarme para extraer uno de esos pedazos de pinchos que atravesaron la suela y parte de mi carne de mis “Five Fingers”😌

Pero ya casi estaba allá. Llamé la atención con mi mano a uno de los trabajadores del telesilla por el cuál pasaba muy cerquita del senderito y que iba a lo alto de la sierra, qué por cierto, estaban siendo usados mayoritariamente por bicicletas y ciclistas de descenso 🚵‍♂️

Me confirma de que efectivamente eso era Los Borreguiles y que el telecabina que desciende hasta Pradollano está justo al otro lado de la calle 👍

Me adentro al acceso del telecabina. Pregunto si ya han bajado todos los corredores. He perdido la noción del tiempo. Me piden el dorsal y una chica simpáticamente me responde que no lo sabe a ciencia cierta, pero sabe qué hacía unos pocos minutos había parado un microbús con corredores. Le inquiero de cómo hay que subirse y bajarse del “chisme” y ‘pabajo’ qué voy 🚠

La vistas desde la altura del telecabina eran meramente espectaculares 😍 Se veía gran parte del valle y las pistas de esquí qué no se llegan a ver desde la carretera. Los telecabinas que me cruzaba estaban abarrotados de más bicicletas y ciclistas rebozados de protecciones para pecho, brazos, espalda y con sus respectivos cascos 🚵‍♂️

De vez en cuando miraba abajo para seguir con la vista el trazado de los ciclistas a lo largo de las pistas de esquí, teniendo que sortear curvas cerradas y saltos de todo tipo de terrenos naturales y artificiales 💪 

Y ya llegaba a Pradollano con dolores en los pies, en las piernas y otras partes del cuerpo. Con 50 kms y siete horas y media de ascensión, y, unas 2 horas y media descenso, haciendo un poco de ‘trail running’ y ‘barranquismo’ 😅

Sin embargo con el corazón pletórico y el espíritu en alza por la “aventurilla” vivida 💙💜💚💛

Y podría continuar con una última “mini odisea” hasta bajar a Granada. Pero eso ya son temas de burocracia. El plato fuerte ya está servido...

¡Bueno, pues, hasta la próxima! 😀😉👍

Domingo 4 de agost0 de 2019